“NINGUNO PUEDE SER FELIZ CUANDO LA PATRIA SE HALLA OPRIMIDA”

Publicado por ConsueLo , lunes, 14 de junio de 2010 14:46


En el año 1811. Zela, un hombre de inteligencia cultivada, corazón sensible y abierto, conoce el estado de servidumbre de la colonia. Sabia escuchar el clamor y la angustia del pueblo. Sabe adentrarse en los niveles sociales mas bajos; escucha la voz quejumbrosa y dolida de los indios esclavos de los obrajes y de las minas. Sabia compenetrarse del descontento de los criollos. No existía ciudadanía, ni garantía jurídica y social. El glorioso pueblo de los incas, así como los demás pueblos de América India, tenian sobre su cuello el férreo y grueso dogal de los dominadores y conquistadores hispánicos.

Francisco Antonio de Zela, pensó en una patria libe y soberana, como un todo orgánico, que sería expresión de felicidad y bienestar para todos sus componentes, una patria con justicia social, y que ésta significa biesnestar material y bienestar espiritual.

Dentro de la mente de Zela, se germinó el ideal de la democracia como "norma y función de gobierno perfectible y ascendente". De la democracia que prepara al ciudadano para el ejercicio gradual y libre de su soberanía.

El triángulo del pensamiento de Zela se enfoca en tres aristas: PATRIA, DEMOCRACIA Y LIBERTAD.
En Zela se sintetizaron, las aspiraciones y necesidades de una época y de un pueblo. Es el producto del medio y de un estado del alma colectiva. Es, pues, el caudillo, el héroe.

Es la noches del 20 de Junio; y se encontraban reunidos el Cacique del pueblo, Toribio Ara, su hijo José Rosa Ara y sus sobrinos Fulgencio y José Manuel Ara; los hermanos doctor José de Barrios y capitán Rafael Gavino de Barrios; el comandante Pedro José Gil de Herrera; José Siles y Antequera; Fulgencio Valdez; Juan Julio Rospigliosi; Manuel Argandoña; Pedro Alejandrino de Barrios; Felipe Gil, Francisco Alayza; Julián Gil; Francisco Marín; Manuel Choque, Manuel Silva, Marcelino Castro; el cacique Ramón Copaja; algunos milicianos, campesinos representativos de los nueve ayllus del valle y dos o tres artesanos. Todos ellos formaban un grupo de más o menos sesenta personas. En medio de ese grupo de decididos y heroicos patriotas, resulta la figura de Zela, caudillo y conductor de un grupo de osados que desafiaron al poderío español de varios siglos.

0 Response to "“NINGUNO PUEDE SER FELIZ CUANDO LA PATRIA SE HALLA OPRIMIDA”"

Publicar un comentario